jueves, 25 de agosto de 2011

Hormigas mineras de la tierra colorada.

Hoy observé unas hormigas mineras llevando hojas a su nido. El senderon que armaron era perfecto. Y yo, debajo del árbol de naranjas, me adormecí bajo una lluvia de cartílagos verdes que danzaban en el aire, hasta reposar en el suelo.
En el pequeño hoyo de tierra colorada, el tránsito estaba complicado. Muchas mineras, con tenazas de hierro, intentaban liberar el paso y guardar el alimento. Todas cumplían su tarea. Todo parecía perfecto.

Una guerrera salió a investigar el terreno. Me tuve que alejar para que no sintiera amenaza o me atacara. Su terrible armadura me ha hecho derramar sangre varias veces. Les tengo respeto.
Son señoras y señores que trabajan en conjunto, sin competencia alguna.
Me da pena por el naranjo, pero me llena de satisfaccion el castillo de tierra que alberga y abriga a tantos seres, que saben mas de economía que nosotros.
Son rápidas, eficientes y ordenadas. Algunas están arriba, en las ramas. Eligen y cortan la mejor mercancía. Debajo, entre los pastos, las demás recortan las hojas con sus tenazas. Y, en fila india, las llevan a la misteriosa despensa. ¿Cómo de grande será? (a juzgar por la intensa actividad que tienen día a día) ¿Cuánto durarán los víveres? ¿Cómo se administrarán?
En cada hoja que lleva al hombro cada hormiga, me recosté y pensé. Sentí y observé... Trabajo. Orden. Colaboración. Familia. Alimento. Economía. Bondad. Salud. Gratitud. Amor. Sol. Tierra....


Mastropiera

No hay comentarios:

Publicar un comentario