lunes, 16 de mayo de 2011

cuentito

-¿Qué demonios estás haciendo -le pregunté al mono cuando lo vi sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol.
-Estoy salvándolo de morir ahogado -me contestó el mono.

Este cuentito nos habla de las consecuencias de nuestras "buenas intenciones", pero en un sentido mas profundo. Nos señala que, a veces, es necesario comprender y respetar el hecho de que cada uno debe vivir según las reglas de su propia naturaleza. 
"Cada persona es un mundo". Y eso se debe a que somos un "combo", consecuencia de: una herencia genética, experiencias vividas desde el nacimiento, el contexto, entre otras cuestiones. Las personas hacen la mejor elección posible, desde sus posibilidades y capacidades dadas dentro de su propio modelo de mundo. Pero a veces no somos capaces de observar mejor, de calibrar al otro, para comprender que quizás lo que para nosotros es lo correcto, para la otra persona no lo es.
Debemos aprender a ser más cautelosos a la hora de tomar ciertas acciones. No sólo a la hora de "ayudar" -como lo hizo el mono-, sino también, a la hora de Juzgar.  

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